Con un comentario en la página principal, nuestra socia Maite nos ha recordado que hoy cumplimos un año de vida. Inmediatamente vino a mi memoria aquella noche en que un buen grupo de personas reunidas en el salón de una casa decidimos iniciar este camino con ilusión.
Después de doce meses podemos decir que hemos avanzado bastante hacia aquellos fines planteados, pero, desde mi punto de vista, lo mejor fue comenzar a sentir aquel anhelado apoyo mutuo entre las diversas familias, sin distinción, buscando mejorar para que todo mejore.
Se hizo mucho, más de lo que aparece en estas páginas y también hay muchos proyectos que esperamos concretar. Hoy somos más que cuando comenzamos y las perspectivas son buenas. Sin embargo, creo que uno de los secretos del éxito está en hacerlo paso a paso, sin prisas pero con confianza, sabiendo hacia dónde vamos y que juntos siempre es mejor que solos.
Acabo, no con mis palabras, sino con las de un pensador de la antigüedad: «Vi a un hombre solitario, sin hijos ni hermanos, y que nunca dejaba de afanarse; ¡jamás le parecían demasiadas sus riquezas! «¿Para quién trabajo tanto, y me abstengo de las cosas buenas?», se preguntó. ¡También esto es absurdo, y una penosa tarea! Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante!… Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir. ¡La cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente!»
¡Feliz aniversario!
Felicidades por este añito
¡Muchas gracias, Amparo!